lunes, 16 de diciembre de 2013

Llevar un tatuaje funciona en la cabeza de los hombres como el uso de determinados maquillajes o de conjuntos de ropa sexy: una señal usada por las mujeres para mejorar su atractivo ante ellos. Se ha demostrado que la mayoría de ellos las prefieren tatuadas, pues el 75% de los jóvenes a los que se les realizó la encuesta creen que las tías que llevan un tatuaje son más accesibles; y el 70% que eran más proclives al sexo en la primera cita en su versión tatuada. ¿De nuevo con prejuicios sociales?.




Según el estudio realizado por el University College de Londres, se señalaba que a las mujeres tatuadas se las ve como más promiscuas, más propensas a las borracheras y menos atractivas. Y se demostró una relación entre los tatuajes y una conducta sexual más liberada, sobre todo entre los jóvenes.
Otro estudio realizado en Polonia mostraba, también, que las personas tatuadas serían más propensas al sexo oral y más atractivas sexualmente; ante lo que yo me pregunto: ¿si me tatúo la cara de mi abuelo a lo largo de toda espalda, soy más proclive al sexo oral? Que me contesten los que defienden que los grabados de tinta hacen a las mujeres más accesibles.     


Si que es verdad que pienso que la gran mayoría de los individuos que se tatúan alguna parte de su cuerpo, lo hacen con el fin de aumentar su atractivo. Pero aquí entra una mera cuestión de apariencia, al igual que existen los tintes o los cortes de pelo que, del mismo modo, únicamente aportan un "nuevo look" con el que sentirse más a gusto. Porque, ¿qué diferencia hay entre una persona con un tatuaje en la barriga con alguien que se tiñe el pelo de rojo? ¿Y si esa persona tiene un pircing en el ombligo o en la nariz, también es más propensa a acostarse con alguien en la primera cita? ¿Y qué pasa con las que tienen un tatuaje pero no se le ve? ¿también se las cataloga como a las demás? 
Vuelvo a repetir: que me respondan aquellos que defienden que los tatuajes hacen que las mujeres sean más fáciles. 


Porque, como bien todos sabemos, somos libres de hacer lo que queramos siempre que lo permita la ley, y esto indiscutiblemente no es ningún delito. Y obviamente cada ser es responsable de los diferentes pircings, tatuajes o incluso operaciones que quiera tener en su cuerpo. Cuando además, en muchas ocasiones (una gran mayoría me atrevería a decir), los tatuajes no son simplemente un dibujo para adornar, sino que esconden una historia, un mensaje o un recuerdo importante para aquél que lo lleva grabado en la piel. 

Déjemos de juzgar de una vez a las mujeres por su apariencia física, y aprendamos a darle menos importancia a llevar tantísimo maquillaje y a esa "ropa sexy", que lo único que hacen es convertir a la mujer en un objeto cual maniquí de escaparate, para que pueda ser visto y disfrutado por los hombres.Si no dejamos atrás esos prejucios en pleno siglo XXI, me da miedo ponerme a pensar hasta cuando seguiremos sumergidos en sociedades basadas en cánones de belleza.


                                                                                            Sara Velasco Aguilar 2ºBach A.

2 comentarios:

  1. Me parece que esta noticia refleja perfectamente la sociedad en la que vivimos. Hoy en día la mayoría de las personas se basan en el físico dejando de lado el interior. Toda tendencia y en este caso, la de los tatuajes, viene reflejada en una serie de personajes ilustres que influencian una sociedad entera, perdiendo en este caso, esa singularidad y originalidad propia de estos tatuajes. ¿Quién no quiso ponerse un tatuaje después de Beckham? ¿Quién no empezó a imitar el estilo de Amy Winehouse? Cada vez nos miramos más en los demás y menos en nosotros mismos, dándole más importancia al "¿qué pensarán?" que al "¿qué pienso de mí?".

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  2. Son asquerosas las mujeres tatuadas.!!!!!!

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