jueves, 22 de mayo de 2014

Jesús Rodríguez González.


El Consejo de Ministros del Gobierno alemán ya tiene listo el proyecto de ley que aprobará en una de sus próximas sesiones y que contempla la expulsión del país de los inmigrantes europeos parados que lleven seis meses en el país sin haber encontrado empleo. De esta forma, se consigue minimizar el que ya han catalogado como “turismo social”, y, además, consiguen evitar el abuso del Estado de Bienestar que, según ellos, se está produciendo.

Puestos en esta situación, parece ser que ya nadie soporta a un parado. Parece que no nos damos cuenta de que se están aprovechando de nosotros, de que, quizás, este sea el grave problema que tiene la sociedad española actual, tan criticada hoy en día. Quizás es que nosotros mismos nos estamos condenando. Emigramos en busca de posibilidades. No las encontramos. Finalmente acabamos de vuelta en nuestro propio país, tratados como miseria, hundidos en esta miseria.

Y, en estos casos, quien sale ganando son ellos. ¡Qué listos los alemanes! Este éxodo, tan en nuestras mentes en los últimos años, es el que hace que nosotros quedemos relegados a un país de nivel inferior. Y, lo peor, es que posiblemente lo seamos. Porque no somos ni siquiera capaces de hacer uso de nuestro propios recursos. Y somos nosotros, los españoles, nuestro mejor recurso. Sin embargo, no sacamos provecho. Dejamos volar, escapar a aquellos que merecen, y deben, quedarse en este país. Porque quién, sino nosotros, podrá sacarlo adelante.

Con esta noticia se corrobora, por tanto, la tendencia al alza de los últimos años, el éxodo, la emigración, pero con una salvedad, ya ni en Alemania nos quieren. Porque si les resultamos inútiles, ¿para qué van a mantenernos? Total, a ellos eso no les importa. Que sea su país, España, la que se haga cargo de aquellos que no encuentran trabajo. Allí no hay sitio para ellos. Les basta y les sobra con todos los emprendedores que buscan allí una oportunidad: la oportunidad de sus vidas. Esos emprendedores que hacen de Alemania, a diferencia de España, una nación adelantada a nuestro tiempo, tecnológica. Parece ser que más allá de nuestras capacidades. Aunque, por otra parte, ¿y si somos nosotros una de sus mayores capacidades?


Alemanes, tan adelantados siempre. O, quizás, debería decir aprovechados. Al fin y al cabo, de una manera u otra, listos. Listos por saber sacar tajada de la situación, enriquecerse a costa de mentes españolas ‘exiliadas’. Listos por saber decir ¡basta!, y decretar una ley para expulsar a inmigrantes sin tapujos. Listos. Han llegado a una sociedad basada en la practicidad. Una sociedad a la que no se importa ella misma, mientras haya resultados. Y, por supuesto, con un discurso claro: “si no sirves, fuera de aquí”.

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