No es negable que la situación política y social mundial actualmente no se encuentra en su eje de normalidad ni siquiera cerca de este. Las revueltas en Ucrania, Venezuela y Siria, y como no, la constante tendencia expansionista y de las grandes potencias nos hacen pensar que tal vez nos dirigimos hacia un agujero parecido al que ya vivieron nuestros antepasados pero de magnitudes mucho mayores.
EEUU y Rusia no son precisamente representantes del sentimiento pacífico, y, de hecho, lo único que desde nuestra insignificante posición de ciudadanos podemos observar, es una ya agobiante riña infantil por ver quien consigue más oro negro, riña infantil que desemboca en problemas muy adultos y graves.
Pero como he dicho, nuestro rango de visión está tan limitado, que tenemos que depender de los medios de comunicación que, por qué no decirlo, son usualmente mantenidos económicamente por dichas potencias mundiales, motivo por el que se debería motivar nuestra duda metódica, y cuestionarnos si de verdad ese medio de comunicación es tan imparcial como nos convendría que fuese, y si de verdad la información que nos facilitan es verídica, al igual que deberíamos reflexionar si la información que recibimos por otros medios con peor reputación social (como Internet) podría o no ser real, por muy sorprendente o incluso conspiracionista que nos pueda parecer. Recordemos que:
''En tiempos de engaño, la verdad se vuelve revolucionaria''
Y esta desconfianza, o más bien, esta manipulación de los medios, es la que ha estimulado la marcha llevada a cabo por el Centro de Acción Internacional (IAC) en la que manifestantes han exhibido de forma pacífica su visión de ciertos medios como mentirosos. La masa se movilizó desde el edificio de medios Time Warner hasta la oficina central de la cadena FOX News.
En esta movilización no solo se critica las aparentes mentiras soltadas por la caja tonta y los noticieros, sino que además se culpaban a éstos de crear un sentimiento de Guerra Fría contra Rusia y de encubrir el papel violento de EEUU en Ucrania.
Evidentemente, en un periódico o una cadena de televisión financiada por el propio país, solo vamos a poder ver lo que dicho país quiera o le interese que la población vea, pero poco vamos a escuchar sobre los intereses reales, económicos y militares de los Estados Unidos. En esta marcha se denunciaba que los auténticos alicientes del país (muy alejados de conseguir la paz) se basan llanamente en el ansia de poder, como por ejemplo; el control de oleoductos que conectan Rusia y Europa Occidental o las perspectivas de expansión de la OTAN.
Los manifestantes afirman que seguirán los movimientos en otras ciudades norteamericanas y se opondrán a otras injusticias (no escasas) vigentes.
Y ahora cabe preguntarse, ¿sirven de verdad estos movimientos? Por supuesto más que quedarse en casa observando como se acumulan los conflictos en el mundo mientras dudamos si son siquiera reales, pero, ¿influye esto en el gobierno, o simplemente lo ven como una manera de que los ''sometidos'' se entretengan mientras piensan (erróneamente) que así conseguirán algo?
Yo, como otro peón más pienso que el que sintamos que esto es así, que la indiferencia de los mandatarios es total, es una doble motivación a seguir movilizándonos y haciendo ruido, o formando barullo, para que llegue el momento en el cual el ruido suene tan alto que no puedan ya ni pensar en como seguir engañándonos.
Respecto al engaño de los medios, ya nos demostró el paisano (español, claro) Jordi Évole la magnitud a la que puede llegar una falsa verdad y sobretodo la cantidad de personas a las que se les puede convencer de su veracidad. Como el mismo periodista dijo tras elaborar el admirable falso documental ''Operación Palace'':
''Por lo menos nosotros hemos reconocido que era mentira lo que contamos, que seguramente otras veces también les han contado mentiras y nadie se lo ha dicho''.
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