Según recoge elMinutoDigital, el pasado 14 de abril de 2014 fueron secuestradas más de 200 niñas de un colegio de Nigeria por parte del grupo radical islámico Boko Haram. Esta organización terrorista tiene como fin establecer la cultura islámica en los 36 estados africanos suprimiendo, mediante violencia y atentados, la occidental.
De las más de doscientas rehenes, las "más jóvenes eran violadas hasta 15 veces en un día, las forzaban a convertirse al islam y les cortaban la garganta si no lo hacían", según afirma una de las pocas raptadas que pudo darse a la fuga. De las 276 niñas secuestradas, solo pudieron escapar 53, las demás continúan en paradero desconocido. El número de secuestros, masacres, y asesinatos de estudiantes por parte de esta milicia islámica desde su creación, en 2002, es elevadísimo.
Apenas 20 días después del atentado, el 5 de mayo, Boko Haram reivindica el secuestro de estas niñas, en palabras de su líder Abubakar Shekau, a través de un vídeo donde afirma "Yo he secuestrado a sus chicas; por Alá que las venderé en el mercado" y "He dicho que la educación occidental debe cesar. Niñas, deben abandonar (la escuela) y casarse".
Y seguramente lo hará. Y seguramente apenas 20 días después de venderlas, volverá a raptar a otras 200 niñas. Y seguramente este episodio se seguirá repitiendo como lleva pasando desde 2002. Y seguramente las autoridades pertinentes o el mundo en general no tomaremos mayores medidas. Con esto quiero decir, que los sucesos son repetidos, que los años pasan y ningún país con suficiente poder es capaz de tomar cartas en el asunto. Parece que esa conjunción de países desarrollados que luchan por la Paz mundial, manifestando, además, su tolerancia cero contra el racismo, como se ve en sus inmensos y lujosos campos de fútbol, llamada Unión Europea, olvida todos esos valores cuando se refiere a la zona situada al otro lado del Estrecho de Gibraltar.
Ya ni sus propios ciudadanos son ayudados si se trasladan a esas tierras tercermundistas, como es el caso de dos curas italianos ,secuestrados por Boko Haram, el pasado 5 de abril. El Papa, como mayor representante de la Iglesia, afirmó ante esta noticia que "estaba rezando por ellos". Estas declaraciones representan clarisísimamente la actitud de la mayoría de ciudadanos europeos: todos sentimos una gran empatía ante estás chicas violadas, vendidas y ante el dolor de su familia, cosa que hacemos ver vía Facebook, Twitter, etc. Pero ninguno protesta de verdad esta situación, todos lo dicen con la boca chica.
¿Su explicación? Pues para mí, tiene dos principales: en primer lugar, todo aquello que no afecte directa o indirectamente a nuestros bienes materiales, esté sucediendo más allá de la puerta de nuestra casa y a la prensa nacional no le pueda sacar partido nos interesa más bien poco. Y en segundo lugar, la influencia de el dinero, como casi siempre. Nigeria y África en general es un lugar tan pobre y subdesarrollado, que lo mucho que se puede hacer ahí es salvar miles y miles de vidas, pero nada más. Es decir, de África no vas a sacar lo que a la sociedad realmente le interesa, el dinero.
Pablo Rodríguez Toledano 2ºA
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