jueves, 22 de mayo de 2014

Huelguistas y activistas contrarios a la celebración del campeonato convocan marchas en cerca de 50 ciudades. Sao Paulo, Rio de Janeiro, Recife y otras ciudades del país son protagonistas de numerosas manifestaciones promovidas por diversos colectivos profesionales (de profesores, de la metalurgia, policias, transportistas, etc), colectivos de movimientos sociales así como de partidos políticos de ideología socialista. El gran malestar social es el origen de estas manifestaciones en la que los participantes están en contra de la celebración de la Copa de Futbol en un país en el que aún quedan muchos aspectos sociales y económicos por solucionar. Reivindican aumentos de viviendas, de salarios, mayor seguridad ciudadana, y están en contra de la gran inversion que se está hacienda en infraestructuras, inversion que reclaman debe ir destinada a mejoras en la sanidad, en educación, en transporte público, etc.

Cortes de tráfico, saqueos en tiendas, disturbios en las calles, quema de neumáticos, entre otros sucesos, crean un ambiente de inseguridad y de tension en las grandes ciudades, a pocos días de la inauguración del gran evento. 

Estos hechos reflejan una situación de descontento y crispación general en los ciudadanos del país por las políticas que se están ejecutando. Parece ser que el fútbol es considerado por los gobernantes como una forma de hacer política económica y social, pero el principal objetivo de un gobierno debe ser mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos en los aspectos más básicos como es la educación, la sanidad, la seguridad ciudadana, así como la creación de empleo. 

Asumir la sede de un evento de estas características llevará consigo beneficios económicos, sobre todo en el sector turístico, pero ¿merece la pena las grandes inversiones realizadas y tendrán un impacto positivo en la economía del país?.

Los estudios realizados por diversas consultorias han dado informaciones contrarias. Unas preveen que el Mundial tendrá un impacto poco duradero sobre la economía del país; sin embargo las estimaciones de las consultoras encargadas por el gobierno preveen una gran creación de nuevos empleos (3 millones de nuevos puestos) y de ingresos (80 millones de dólares). Según el Ministro de Deportes, Oralndo Silva, el efecto multiplicador de las inversiones en infraestructuras urbanas en las 12 ciudades que serán sede del evento generará muchos puestos de trabajo, mejorará los salarios y desarrollará el turismo nacional.

Todo estos planteamientos me parecen beneficiosos para la sociedad brasileña pero lo que no es muy convincente es el coste total de las inversiones, que está estimado en 11.000 millones de dólares, cifra muy lejana a la que gastaron en el Mundial de Sudáfrica o de Alemania, poco más del doble de lo que gastaron en Sudáfrica….se comenta que es el Mundial más caro de la historia.

Está dentro de lo normal que un país o una ciudad tenga que mejorar sus infraestructuras para ser la sede de un evento internacional, pero considero que debe reunir unas condiciones mínimas para ser elegida como sede, es decir, que disponga de medios económicos, y de instalaciones, porque de lo contrario es algo desproporcionado e incoherente. Lo que está ocurriendo en Brasil muestra la reacción de los ciudadanos a las decisiones ambiciosas y desmedidas de los gobernantes.

El país mejorará en general en infraestructuras de transporte, y el turismo será uno de los sectores más favorecidos, pero esta es mi reflexión: ¿es más importante para un país tener 12 grandiosos campos de fútbol que tener hospitales bien dotados de medios y de personal para atender a todos los ciudadanos que lo necesiten?.


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Paula Zbikowski Silveira

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