Jesús Rodríguez González.
Puestos en esta situación, parece ser que ya nadie
soporta a un parado. Parece que no nos damos cuenta de que se están
aprovechando de nosotros, de que, quizás, este sea el grave problema que tiene
la sociedad española actual, tan criticada hoy en día. Quizás es que nosotros
mismos nos estamos condenando. Emigramos en busca de posibilidades. No las
encontramos. Finalmente acabamos de vuelta en nuestro propio país, tratados
como miseria, hundidos en esta miseria.
Y, en estos casos, quien sale ganando son ellos.
¡Qué listos los alemanes! Este éxodo, tan en nuestras mentes en los últimos
años, es el que hace que nosotros quedemos relegados a un país de nivel
inferior. Y, lo peor, es que posiblemente lo seamos. Porque no somos ni
siquiera capaces de hacer uso de nuestro propios recursos. Y somos nosotros,
los españoles, nuestro mejor recurso. Sin embargo, no sacamos provecho. Dejamos
volar, escapar a aquellos que merecen, y deben, quedarse en este país. Porque
quién, sino nosotros, podrá sacarlo adelante.
Con esta noticia se corrobora, por tanto, la
tendencia al alza de los últimos años, el éxodo, la emigración, pero con una
salvedad, ya ni en Alemania nos quieren. Porque si les resultamos inútiles,
¿para qué van a mantenernos? Total, a ellos eso no les importa. Que sea su
país, España, la que se haga cargo de aquellos que no encuentran trabajo. Allí
no hay sitio para ellos. Les basta y les sobra con todos los emprendedores que
buscan allí una oportunidad: la oportunidad de sus vidas. Esos emprendedores
que hacen de Alemania, a diferencia de España, una nación adelantada a nuestro
tiempo, tecnológica. Parece ser que más allá de nuestras capacidades. Aunque,
por otra parte, ¿y si somos nosotros una de sus mayores capacidades?
Alemanes, tan adelantados siempre. O, quizás,
debería decir aprovechados. Al fin y al cabo, de una manera u otra, listos.
Listos por saber sacar tajada de la situación, enriquecerse a costa de mentes
españolas ‘exiliadas’. Listos por saber decir ¡basta!, y decretar una ley para
expulsar a inmigrantes sin tapujos. Listos. Han llegado a una sociedad basada
en la practicidad. Una sociedad a la que no se importa ella misma, mientras
haya resultados. Y, por supuesto, con un discurso claro: “si no sirves, fuera
de aquí”.
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