La escuela taurina de Nimes cuyo centro de actividad reside en su milenaria plaza de toros, está siendo motivo de críticas por parte de un amplio sector de la población francesa debido a la formación de jóvenes en el arte del toreo...pincha aquí para ver más.
A pesar de tratarse de una noticia muy poco desarrollada, puede ser objeto de muchos comentarios en diferentes posturas, ya que se trata de un tema muy de actualidad que también ha salpicado nuestro país, causando continuas polémicas y medidas que aun se pueden observar o que están repercutiendo actualmente. Aunque el autor usa formalismos para aparentar objetividad, se puede apreciar en la noticia una clara subjetividad por parte de éste, que en todo momento aporta una argumentación en contra del toreo. En mi opinión, se deben tener en cuenta las dos posturas, por un lado nos deberíamos plantear el maltratado animal, popularmente perseguido en los últimos años y que sirve como argumento principal a los cada día más numerosos antitaurinos. Por otro lado, es importante tener en cuenta también la tradición y la libertad de expresión, de una escuela de mas de treinta años en una ciudad con una plaza de toros milenaria.
En cuanto a la primera idea, nos deberíamos plantear nuevas alternativas a la práctica del toreo, alternativas en las que el torero y el público disfrutasen igualmente del arte sin que se produzca un daño físico al astado ni una amenaza al torero, alternativas como la que se han desarrollado sobre todo en América, en las que se le coloca al toro un velcro informatizado que envía información según las partes del animal que son tocadas por las banderillas y puntúa así en mayor o menor medida al torero. No obstante, lamentablemente, hay personas en contra de esta alternativa que defienden que es un crimen a la tradición de esta afición, ¿para que tradición, para la de torear? o para la de ¿MATAR? ¿Acaso hemos llegado hasta el punto en que matar se ha convertido en tradición?
Por otro lado, es cierto que se cometen abusos relacionado con el maltrato animal, pero también es verdad que por algún motivo la mayoría de críticas a estos abusos se lanzan al mundo taurino, a lo mejor se piensa que este es el único ámbito que queda por modificar y que tanto la caza como la ganadería industrializada son sectores en los que se mira por la protección, la salud y el bienestar de los animales, pues ninguno escasos son los ataques realizados al ganadero que tiene una nave hasta el techo de vacas sin poder mover más que la cabeza para agacharse a comer un pienso de baja calidad y hormonado, al menos los toros que se emplean en el toreo son toros sanos y fuertes que han podido desarrollarse al aire libre y alimentarse de pastos naturales. Resulta curioso también al sector de la población que se ha atacado, que es el que a primera vista más incómodamente podía defenderse, un grupo vulnerable y fácil de influenciar aparentemente, pero que pone unas ganas y una ilusión que si que debería ser objeto de comentario y todo por cumplir un sueño en manos de muy pocos, si no les han frenado las astas, ¿porqué iban a frenarles comentarios contraproducentes?
El interés que me ha causado esta noticia se debe a la actualidad del tema y a que éste roza una cuestión filosófica, así he dado dos posturas argumentadas y opuestas con la pretensión de que en los comentarios traten de exponerse más ideas que he podido pasar por alto y que pueden llevarnos a una idea común. Aunque todos nos decantamos por una postura os animo a dar argumentos y opiniones de ambas. ¿Y TÚ QUÉ OPINAS?
Alberto Raillo Espinosa de los Monteros
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