domingo, 15 de diciembre de 2013


     Me acabo de enterar de la espeluznante noticia, de que una chica de 14 años, llamada Izabella Dix, se ha suicidado después de varios años recibiendo burlas y siendo acosada y criticada por sus compañeros solo por tener un acento diferente. Ya no se a dónde puede llegar la maldad  de los niños, una cosa es que al conocerla, ya que llego a ingletarra después de estar viviendo en australia, puedan hacer comentarios sobre su acento y alguna broma, pero debe quedarse ahí, no pueden estar años y años continuando con la bromita del acento, porque puede llegar, como en este caso a la muerte. El que la niña viniese de otro país y llegase nueva, que fuese guapa y buena estudiante creo una envidia en sus compañeros que los llevo a acosarla y a hacerle burlas. Pero aunque fueron sus compañeros los que la trataron mal, muy mal y sus profesores los que no hicieron nada, o casi nada para intentar arreglar esta situación, en mi opinión toda la culpa fue de la madre.
     Ella, la madre, aunque es complicado, debería de haber cogido las riendas de la situación y haberle puesto fin, pero no vale con hablar con los profesores y decirles "pepito y menganito le han dicho esto a mi hija" y que el profesor hable con ellos y les diga que paren, ¡PORQUE ESO NO SIRVE DE NADA! y es lo que hacen muchos de los padres de los niños que son acosados en el colegio o en el instituto. Yo creo que la madre tendría que haber hablado personalmente con cada uno de los niños, no con los padres,no, con los niños, porque se puede dar el caso de que el padre del niño al enterarse le ponga fin al problema por lo menos por parte de su hijo, o que el padre o la madre sean iguales que el hijo y lo justifiquen(que es lo que pasa MUUUCHAS veces), y si no hubiese servido haberla cambiado de colegio. Una vez, cuando expuse esta idea, me dijeron que eso de cambiar a la hija o al hijo era escapar del problema, y no hacerle frente e intentar arreglarlo,  yo creo que no, que es buscar otras soluciones, pero si fuese así, ¿que pasa?, ¿que por un hijo no se haría cualquier cosa?, ¿no se iria uno a otro país si hiciese falta?, y ahí es cuando sale lo de, "bueno...pero no voy a dejar mi trabajo, y mi casa, y toda mi vida", pero en mi opinión hay veces que SÍ.



                                                                                                                    Helena Volkman Noguero

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