Pekín está apostando por la
energía nuclear para combatir la contaminación. En un intento de
reducir la dependencia a los combustibles fósiles, el Gobierno chino ha
adelantado la fecha límite para construir el primer reactor de torio, un
elemento radioactivo menos contaminante más económico que el uranio, y ha pedido a un grupo de investigadores de
Shangai que desarrollen el diseño de la planta para dentro de diez años,
en vez de los 25 del plan original. Uno de los problemas del torio es que la produce productos químicos altamente
corrosivos, como el fluoruro que puede dañar el reactor. La necesidad de
tener que funcionar a temperaturas extremadamente altas incrementa las
preocupaciones sobre la seguridad. Por el momento, el conocimiento sobre
el torio para su explotación energética es limitado.
Los combustibles comunes utilizados como son el petróleo, carbón y gas son más contaminantes y más caros que los que se utiliza en las centrales nucleares, pero sin embargo, un accidente en una central nuclear como la de Japón produciría mucho más daños ambientales graves y duraderos. La reacctividad que desprenden los elementos que constituyen la materia prima como el urano tardan cientos de años en desaparecer.
Vivimos
pendientes de un hilo aunque parezca que la situación internacional está
en relativa calma, pero nadie nos dice que dentro de un año las cosas
se pongan tan mal que cualquier fallo suponga un holocausto nuclear y,
sin género de duda, el fin de la humanidad. Los sistemas de seguridad de los reactores nucleares actuales son muy avanzados, pero no infalibles. Un error humano o una catástrofe natural
pueden provocar una explosión radiactiva y una liberación de grandes
cantidades de radiación letal. El resultado sería catastrófico tanto
para el medio ambiente como para la salud de la población. Además siempre existe la
amenaza terrorista, las centrales nucleares
se convierten en un objetivo muy vulnerable a un ataque. Además, existe
el riesgo de que algunos países hagan un mal uso de este tipo de energía
para fabricar armas nucleares.
Los
trabajadores de la industria nuclear, sus hijos y los vecinos de las
instalaciones nucleares en todo el mundo sufren tasas mucho mayores que
la población en general de cáncer, defectos congénitos y disfunciones
del sistema inmunológico. Nuevos estudios que han investigado las causas
de un aumento global del cáncer de mamas en las mujeres muestran que el
tejido de las mamas es particularmente propenso a desarrollar cáncer a
causa de la exposición a la radiación. Esta también está reconocida como
causante del cáncer a la próstata y al pulmón. Lo
trágico es que el daño genético que ocasiona la radiación puede pasar
de una generación a otra, afectando potencialmente a la descendencia de
todas las especies.
Pienso que con tantos adelantos tecnológicos que poseemos podríamos diseñar algún modelo de producción eléctrica rentable que redujera la contaminación y la peligrosidad que suponen las centrales nucleares. Y tu, ¿Crees que nos debemos centrar en la búsqueda de métodos no contaminantes o sustancias menos peligrosas para la producción de electricidad?
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