Profesor de prestigiosas universidades, experto en el Renacimiento y director de varias colecciones de clásicos en la editorial Les Belles Lettres de París, se dice “emocionado” por la recepción de su libro en Barcelona.
La tesis central del libro puede ser resumida en la idea de que la literatura, la filosofía y otros saberes humanísticos y científicos no son inútiles.
Quizás, desde un primer momento reflexionar sobre esta cuestión es puntiagudo. Se necesita experiencia diréis, pues bien, nada mejor que consultarlo entonces con un experimentado, un hijo de la crisis, que asumió la labor de los que ya sufrieron en España en tiempos de guerra, ser el apoyo de los que estamos a pie de cañón. Es nuestro Luis García Montero.
Inevitablemente, sus palabras no defraudan a los que quedamos ya un día amarrados en el cinturón del asiento de un avión y de fondo las torres de Manhattan. García Montero nos habla de que el manifiesto de Ordine no afecta sólo a los profesores de dedicados al saber humanista.
Confundir el tacto de un billete con el tacto de una hoja de papel, en ella plasmada arte.
En un billete, plasmado ¿qué?
Siguiendo el rastro del dinero no dudo que no podamos llegar a la Luna en el cohete de la NASA pero los problemas de la sociedad actual no se resuelven mirando para otro lado. En esta sociedad son imprescindibles las humanidades, es útil la literatura, es vital una la consolidación democrática y justa que solo es viable con el conocimiento y ejercicio del saber humanístico. Y por experiencia, no mía, si no de un gran poeta, sabemos que movernos por dinero significará viajar a la Luna, y aterrizar en ninguna parte.
Marta Rivera Castillo
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