Según recoge el periódico El Mundo, el pasado sábado la aglomeración alrededor del cuerpo de Fabiane María de Jesús, de 33 años y madre de dos hijas, podía verse en los diferentes vídeos colgados en Internet. A Fabiane la golpearon hasta la muerte porque una página en Facebook había subido un retrato robot de una mujer que supuestamente hacía magia negra y estaba secuestrando niños en Guarujá, una localidad del litoral de São Paulo.
La comunidad de Morrinhos, barrio periférico de la ciudad, vio el retrato en Internet y lo asoció a Fabiane Maria. El rumor se propagó y, el sábado, cuando Fabiane llegaba a su casa, fue atacada, amarrada y golpeada durante más de dos horas. La víctima no se sobrepuso de las heridas y murió el lunes.
El hecho se suma a los diversos casos de linchamiento practicados por personas que buscan hacer justicia con sus propias manos. Aunque la muerte de Fabiane haya sido brutal e impactante, hay una cuestión que es tal vez la más relevante para que el crimen se haya convertido en noticia de tal manera: ella era inocente.
Una vez más, las nuevas tecnologías han hecho de la suyas. Su uso, cada vez más frecuente y globalizado, también es cada vez menos controlado y más mal utilizado llevándonos a límites insospechados. Internet ha dejado a dos niñas sin su apoyo maternal de por vida, algo que ni aún siendo culpable la susodicha se merecen ellas, pues son inocentes. Otro ejemplo que he estado leyendo es el de un chaval de unos 17 años que ha sido considerado como el primer "selfieadicto". El joven abandonó su familia, amigos y vida en general, mientras intentaba obtener la imagen perfecta de su persona. Trastornado por los comentarios que le hacían en la red, dejó de comer, de salir... en definitiva, otra vida destrozada. Con ello quería llegar a la conclusión de que en esta sociedad de avance tecnológico y prosperidad estamos depositando demasiada confianza en las máquinas, aquellos seres tan perfectos y tan bien motorizados. Lo que no somos capaces de ver, y aquí es donde quería llegar, es que estos artilugios han sido creados por personas y son utilizados por personas. Quizás aún ellos solos no puedan venir y dañarnos como "Terminator", pero si pueden hacer más fuerte a la persona que quiere hacerlo. Es por esto por lo que considero que tanta modernización está matando (casi literalmente) a nuestra sociedad haciendo que los seres humanos con menos humanidad utilicen estás herramientas para enfrentarnos.
Pablo Rodríguez Toledano
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