martes, 20 de mayo de 2014

Y una vez más está la palabra ‘’racismo’’ en nuestras bocas. El jugador de FC Barcelona Dani Alves fue tratado con tal desprecio por parte de la afición durante un partido hasta llegar a tal punto que, mientras este jugaba le tiraron un plátano. Este no es el único caso de racismo en el fútbol ya que los jugadores reciben gritos y abucheos de la misma grada constantemente.
Me parece totalmente repugnante que todavía haya actos de racismo, ya no en nuestro país, sino en todo el mundo. Todas las personas, como seres humanos que somos, tenemos los mismos derechos, a pesar de diferentes edades, sexo o religión. Es muy fácil discriminar a otras personas solo por su color de piel o por su diferente cultura, pero realmente, los racistas ¿Qué diferencias ven entre unos y otros?
El gran Nelson Mandela luchó contra el apartheid, defendió la igualdad y se opuso al racismo con sudor y lágrimas, por hacer de este mundo algo un poco mejor y, que haya en la actualidad personas que todavía tienen ese rasgo racista, me hace pensar que todas las manifestaciones contra el segregacionismo no hayan tenido ningún resultado (esto sin tener en cuenta todo lo que consiguió este icono sudafricano). ¿Alguien me puede decir qué diferencia hay entre un negro y un blanco? ¿O entre personas de diferente cultura? En mi opinión no hay ninguna. Por ser blanco no se es mejor persona que nadie, ni se debe pensar que se es un ser superior por pertenecer a una cultura más desarrollada. Antiguamente, solo los blancos podían ejercer el voto o estaban prohibidos los matrimonios y mantener relaciones sexuales entre personas de diferente tono de piel.
Y ya no es solo la importancia de las personas racistas, ya es las consecuencias que puede provocar esto en la sociedad. Las personas que, según los racistas son diferentes a la mayoría, no deberían sentirse discriminadas, apartadas de la sociedad como si le hicieran bullying, sino todo lo contrario. Deberían ser insertadas en la población como cualquier otra persona.
A propósito. Es digno de admirar la reacción que tuvo el jugador que da pie a esta noticia. Dani Alves se comió el plátano como símbolo de indiferencia, como si ya no le importase el racismo que ya había sufrido durante hacía muchos años desde que llegó a España. Esta es la mejor conducta ante la discriminación social, mantenerse al margen y no darle a importancia a personas que realmente no se deberían considerar ni personas.
Seguro que a ellos les gustaría ser bien recibidos en otros países ¿no?... Entonces ¿Por qué hacen lo que no les gustaría que le hicieran a ellos mismos?

Por último me gustaría hablar sobre la campaña que han hecho todos los solidarios (entre ellos compañeros de profesión del jugador) llamada Todos somos monos, porque ellos realmente lo que están haciendo es aportar su granito de arena para acabar con la discriminación en el mundo y yo creo que en algún momento, aunque sea dentro de mucho tiempo, esto se va a conseguir.


Paula Zbikowski Silveira 2ºA

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