El jefe del Servicio de Neurología del hospital universitario de Albacete, perteneciente al Servicio de Salud de Catilla-La Mancha ha denunciado que los pacientes en lista de espera que se quejan son atendidos de forma sistemática antes que el resto, recibiendo un trato de favor en lugar de cumplirse la ley.
Es la triste realidad de esta España, conocida últimamente en Europa como corrupta, la que da una muestra más, del abuso de poder de la clase dirigente. Es de agradecer que algunos individuos, pese que de alguna manera recibirán algún tipo de represalia, se hayan atrevido a denunciar estas corruptelas. Puede que en el día a día se lleven a cabo muchos tipos de abusos legales de los cuales no se tiene constancia, por eso es necesario el desmantelamiento. Los pacientes en lista de espera, pueden observar cómo se cuelan otros pacientes y le quitan el lugar que le corresponde, pero ¿Acaso los pacientes tienen menos derecho a la asistencia médica por no reclamar? ¿No debería el mismo organismo público garantizar el orden de la lista de espera? En lugar de eso, estas instituciones decide saltarse la ley. Si un número elevado de personas se queja, la lista de espera se convertiría en un cao y habría pacientes que nuncan consigan la operación, puesto que continuamente se adelanten otros pacientes ingresados en la lista de espera con posterioridad. Se trata de un tema muy delicado, puesto que no afecta a bienes materiales, sino a la salud de los propios pacientes, de ahí su importancia.
La corrupción, por desgracia, no se da de forma aislada en el ámbito de la medicina, hay innumerables casos en los que las instituciones públicas practican algún tipo de acto ilegal. Estas prácticas no afectan solo a un sector de la sociedad, sino a la sociedad en su conjunto, como demuestra que tanto al acceder al gobierno un partido político u otro, ambos tienen como denominador común los fraudes, tratos de favor, etc. de forma discriminatoria. ¿No son los dirigentes los que deben garantizar el cumplimiento de las leyes? Esta forma de proceder destruye la confianza del pueblo en sus dirigentes, socabando el sentimiento de solidaridad, de sacificio del ciudadano de a pie. De esa forma, ¿Se puede sorprender alguien de que en las elecciones nacionales exista un alto grado de abstención? Actuando de esa forma, ¿No conseguimos destruir los derechos que tenemos hoy en día, por los que muchas personas en el pasado han luchado, incluso dejandose la vida? Las personas que realizan actos corruptos, ¿No sienten ninguna olbligación, arrepentimiento o incluso remordimiento de conciencia sabiendo su traición a la sociedad? Quizás hoy en día sea tan habitual ver o escuchar casos como estos, que puede que la sociedad empiecen a verlos normales, de ahí su tranquilidad mientras se saltan la ley. ¿Acaso eso no sería un gran problema?¿Quiere decir eso que podamos no ser conscientes del daño que causamos a los demás? Es incomprensible la situación que se vive hoy en día en España, a pesar de eso hay que buscar la manera de solucionar los problemas y salir adelante, antes de que acabemos todos saltándonos la ley quizás incluso por sobrevivir.
Ana Macías Delgado
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