Aunque sé que es una frase muy manida, “una imagen vale más que mil palabras“. Lo de este joven alemán, entusiasta del body art, ha cambiado mi perspectiva sobre los piercings extensores, normalmente utilizados en lóbulos y labios. Joel Miggler ha ido mucho más allá y se ha colocado dos ‘nuevas bocas’ en sus mejillas. Debe ser que el muchacho no tenía suficiente con una.
Él se define como un bodymoded punky y ha agujereado sus mofletes sin contemplaciones para que puedan verse sus muelas y su lengua. Las razones: poder sorprender a su novia con un ‘beso’ inesperado y comer por tres sitios diferentes. Esto último, un poco más complicado porque los alimentos se salen por el resto de orificios y tiene que ponerse tapones. Me cuesta hasta imaginarme la escena.
Además, todas las noches se pone los anillos extensores para conseguir que las aberturas lleguen a medir cuatro centímetros.
¿Y su novia? Pues parece que está encantada ya que tiene la misma afición por el body art, según publica Metro. Todo es más bonito si los gustos son compartidos.
Jose Manuel Bastida Ramos
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