viernes, 4 de abril de 2014


El gobierno de Japón ha autorizado el regreso permanente a sus casas a unos miles de ciudadanos evacuados por la fuga radioactiva de la central de Fukushima. Según varios testimonios, hay personas que quieren volver, pero otras se muestran en contra por temor a la radiación y por el desempleo.

En mi opinión, esta decisión es una parte más del proyecto de limpiar la radioactividad de la zona. Tal y como sospecha un ciudadano entrevistado, los habitantes que vuelve a sus casas son incentivados para repoblar la región, y son “utilizados como conejillos de indias”.

Por otro lado, respaldo la autorización, ya que el enorme proyecto de descontaminación está reduciendo la radiación detectada en algunas zonas a límites permitidos. Por eso, regiones como Tamura –lugar donde se ha permitido el retorno de los habitantes– son ahora aptas para la vida, y es razonable que el gobierno quiera acelerar la renovación lo más rápido posible.



La decisión tiene que venir ahora de los propios vecinos. Sigue habiendo radiación –aunque menos – y reconstruir ya no solo el número de habitantes, sino el entramado económico, los comercios, será una tarea que se sustenta únicamente en la confianza que tengan los ciudadanos. Este aspecto también se está impulsando, con campañas sociales en las que vemos al propio primer ministro comer pescado de Fukushima. A mí personalmente me inquieta esta escena, pero lo que más me molesta es la presión económica ejercida, y he aquí la principal reprobación que se debe realizar. En situaciones donde un número grande de habitantes se ven afectados por una misma causa, no debe ser el estímulo económico el que influya en la decisión de retorno de estos, ya que esto divide a la población en grupos pudientes y pobres. Y me refiero a la compensación mensual que se les negará a los que no quieran volver, y a la pago de unos 6.300€ a las personas que vuelvan.

Esta situación es análoga al tema de la educación que se da en España. Con la legislación educativa actual, la subida de la nota para algunas becas supone la misma diferenciación en estudiantes con una baja nota que pueden permitirse entrar en una universidad privada aún sin tener becas, y estudiantes que, teniendo la misma nota insuficiente, viven en una situación económica difícil, quedándose sin estudiar si no consiguen dicha beca.

Y tú, ¿qué opinas? ¿Piensas que la autorización tendrá consecuencias negativas? ¿Qué alternativas pueden plantearse ante esta situación?

1 comentarios:

  1. El desastre de Fukusima fue, aunque aún sigue permaneciendo sus efectos nocivos para la salud, realmente preocupante y sobre todo impactante, no ya sólo por la magnitud del desastre sino cómo en el país más adaptado para este tipo de catástrofe pudo ser tan devastador aquel terremoto de magnitud 9.0 en la escala de Richter.

    La idea de repoblación de un área que ha estado sometida a una radiación muy intensa durante estos últimos 3 años, la cual, continúa aún me parece un hecho lamentable y temerario poniendo el premio del dinero, así como bien dice mi compañero estas personas están siendo"utilizados como conejillos de indias" y como también argumenta más adelante se debería de invertir en lo que hay que invertir que es en limpieza y dejarse de mentiras porque la zona no es limpia y por tanto no es segura, es por ello que pienso que esta actuación lo que hace es poner sin ninguna duda precio a la vida humana.

    Esta catástrofe nuclear me recuerda a otras que sucedieron en el pasado, y yo me pregunto, ¿estos efectos sólo afecta al área donde surgió el accidente o se propaga por los alrededores? centrándome en Fukusima me percaté buscando por la red de que la radiación se propaga lentamente y que en 2014 llegaría a las costas de EE.UU.

    La última pregunta que me vino al ver la noticia, esta sin embargo no he encontrado mucha información al margen de la que esté manipulada (porque yo no me creo que el primer ministro coma un pescado de fukusima y si es así los procesos que seguridad que habrá seguido, etc ...) es de si se ha contaminado la fauna marina, y si ese pescado que contiene radiación no lo estamos comiendo ahora mismo con nuestra ignorancia [...].

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