domingo, 15 de diciembre de 2013

A pesar de la asistencia de los miembros de gobierno más importantes de muchos países europeos al funeral de Nelson Mandela y de su apoyo a su ideología, en muchos de ellos la xenofobia y el racismo siguen estando a la orden del día. En la República Checa, por ejemplo, los niños gitanos son enviados a escuelas especiales compuestas sólo por alumnos gitanos. Esto en el mejor de los casos, ya que a veces incluso son tratados como si tuvieran una deficiencia mental y los hacen asistir a clases para niños con problemas mentales reales. Esto es debido a que cuando cumplen seis años son sometidos a un "examen" para determinar su nivel. La mayoría de niños han sido escolarizados con tres años, pero aquellos pertenecientes a minorías marginales no, por lo que llegan a esa prueba de aptitud sin estar preparados lo más mínimo, ni tan siquiera para superar pruebas tan simples como contar del uno al diez. Cuando tratamos de buscar el porcentaje de niños que suspenden, no es difícil encontrar la cifra (3%), pero cuando queremos saber el porcentaje de ellos que son gitanos, Martin Stepanek, vicealcalde de Ostrava, nos responde que desglosar los porcentajes por etnias sería un acto racista. Pero el racismo no sólo afecta a los niños. En Hungría el paro afecta al 90 % de los gitanos, o en Polonia, Rumanía, Eslovaquia, Bulgaria o Eslovenia, por ejemplo, no dejan entrar en los restaurantes a aquellas personas de origen romaní.

Aunque la mayor parte de la población tenga la idea de que vivimos en mundo limpio de racismo, esto no es así ni por asomo. Puede que en apariencia países como Estados Unidos, Inglaterra o incluso España hayan superado el tema del racismo, pero en el fondo de la sociedad (y a veces sin necesidad de buscar tanto) no se respeta la igualdad entre seres humanos si el color de su piel es diferente. Corrientes como el nazismo o el fascismo han tenido una repercusión en la actualidad que se manifiesta en nuevas agrupaciones neonazistas o neofascistas, que siguen tratando conseguir una sociedad  igual en lo que se refiere a que esté enteramente compuesta por personas de raza aria. Una manifestación de ello fue cuando el pasado once de mayo de este mismo año en el parlamento griego se pudo oír el grito de "Heil Hitler!", por el líder del partido Amanecer Dorado Nikolaos Michaloliakos, cuando se estaba discutiendo la aprobación de una nueva ley que endurecería la pena a aquellos que manifestaran de alguna forma actos de racismo. También se ha dado que ciertos componentes de partidos políticos españoles eran simpatizantes con partidos neonazis, y han sido destituidos por ello. En mi opinión el racismo no tiene perdón, al igual que tampoco tiene una base lógica. ¿Por qué unos deben ser mejores que otros dependiendo de si somos blancos, negros o judíos? No tiene ningún sentido. También es cierto que nadie nace siendo racista, sino que es algo que se va inculcando poco a poco por el círculo mas cercano de la persona. Se debe poner fin a este problema, ofreciendo alguna forma de que estas personas se den cuenta de que no tiene sentido lo que piensan.

María Sánchez

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