jueves, 16 de enero de 2014

La ONU se ha puesto alerta debido a la situación que se sufre en la República Centroafricana, causada por los constantes enfrentamientos que tienen lugar entre las religiones predominantes del país: las milicias cristianas, conocidas como Antibalaka, y los grupos rebeldes de mayoría musulmana, los Séléka. Estos hechos se agravaron  durante el último mes de diciembre, llegando a la dimisión de su presidente, Michel Djotodia, que llegó al poder a causa de un golpe de estado del grupo rebelde, los Séléka. Por ello la ONU pide la movilización internacional humanitaria y militar para estabilizar el país.



Estos enfrentamientos no son algo nuevo. A lo largo de la historia han sido innumerables las veces en las que se han sucedido conflictos religiosos, y especialmente entre musulmanes y cristianos. Sin ir más lejos en la propia península ibérica, en la época de la "Reconquista". Parece que no hemos avanzado, que algunos países siguen sumidos en la Edad Media, que su evolución ha sido prácticamente nula, en parte provocada por los países más desarrollados que ejercen control sobre ellos. 

Y ahora llega la cuestión, ¿por qué la religión, que promueve la tolerancia, la paz y la bondad entre iguales, tiene la necesidad de imponerse por encima de otras? ¿Dónde queda el término “tolerancia”? Sinceramente, parece algo inaudito que haya tal cantidad de guerras, o incluso se hable de llegar a genocidios, asesinar a todo el grupo étnico, causados simplemente por un pensamiento abstracto, por una cuestión de fe. Y que no pasa de eso, no se trata de un medio de control, es simplemente fe, una creencia personal referente al individuo.

Sin embargo, lo peor de todo, es que muchos de aquellos que luchan por la causa ni siquiera son fieles a dicha creencia por fe y usando la razón, sino por tradición. Son meras marionetas de los altos cargos que les interesa una sociedad fácil de controlar y que no cree controversia. Pero, claro, el problema llega en el momento en el que se disputan el monopolio dentro de una sociedad. No puede haber dos corrientes que lideren, solo puede quedar una. ¿Solución? Siempre la misma, que aquellos que no van a obtener beneficio de ello se maten literalmente por una causa que posiblemente ni se hayan parado a pensar.



Porque digo yo, ¿qué más le dará a un cristiano, que de verdad lo es, que otro individuo no crea en lo mismo que él? El problema es que la religión no es lo que se supone que debe ser. La religión ha sido utilizada a lo largo de la historia un medio de control. Y con esto no critico las religiones. Cada cual es libre de creer en lo que quiera, es algo que nadie nunca jamás podrá demostrar si es cierto o mentira, es simplemente cuestión de fe. Pero la libertad de unos acaba donde empieza la de otros, por tanto, no es justificable de ninguna de las maneras estos nefastos enfrentamientos. La religión que debería ser vista como medio de salvación, al fin y al cabo, se convierte en su perdición. 

Jesús Rodríguez González 

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