De la Ciudad que te vio nacer

Sevilla te quiere hoy,

Qué tendrá Sevilla que de los nuestros, entre muchos Bécquer, Vicente Aleixandre, Cernuda, hasta nuestro Machado se fueron. Se marcharon de Sevilla de patios y huertos donde maduran los limoneros, y de Andalucía; de las tierras bañadas por el Guadalquivir y de la España de charanga y pandereta.

Gustavo Adolfo Bécquer marchó a Madrid para buscar un hueco en la literatura. A Madrid se fue también nuestro Machado al proclamarse la República, para acabar en Collioure pasando por Valencia y Barcelona.
Ya en el siglo XIX aparecía La Guerra de Cuba que impregna las plumas de los autores del 98, la pérdida de las últimas colonias y el hastío provocado por el sistema canovista genera un síntoma de decadencia y preocupación patriótica.
También la Guerra Civil haría marchar a los "exiliados sin retorno" como decía Concha Zardoya. A los paisanos de pluma, Aleixandre y Cernuda, de la generación del 27.


¿Cómo afecta una guerra, un revuelo a intelectuales y genios del lenguaje?
Si de opinar se trata, mi cátedra de escritora en secreto me deja opinar que tirarse de lleno y deslizarse como si de nieve impoluta se tratase sobre el folio en blanco es una tarea difícil así como inútil. A menos que sea tanto lo que te corroe por dentro que tengas la necesidad de soltar palabras que golpeen con furia el papel como lo haría un puño sobre la pared. Y no todo el mundo es capaz de pegar "bofetadas léxicas". 
Por otro lado, hay que estar muy comprometido con el pueblo y la nación para querer plasmar decepción y dedicar palabras regeneracionistas y esperanzadoras en tus obras, y si hablamos de Antonio Machado, qué le habrá dado esta nación para querer regenerarla.
Pero no nos desviemos del tema, la conclusión que saco de la influencia bélica en la escritura es una analogía de lo que nos puede pasar a cualquiera que comparta que escribir es llorar en silencio. -Lo que aplicado a poetas sería algo más parecido a las palabras de Larra "escribir en España es llorar" - Pero al fin y al cabo, lo que quiero transmitir es que quien, sea quien sea, se acerca a un papel con un motivo de alegría, un problema que no le deja dormir, un fracaso o un logro; la acogida del papel es la más tierna y afable. Es por esto por lo que entiendo que los escritores convierta la poesía en la más asequible y sincera manifestación de indignación. Todos deberíamos probar la terapia, aunque espero que no a causa de una guerra o conflictos extremadamente existenciales.

Sin embargo, es fácil encontrar en la biografía de los poetas sevillanos nombrados anteriormente, que el lugar de fallecimiento no coincide con la ciudad que los vio nacer. ¿Estaban comprometidos con los problemas de su tierra pero se exiliaron? ¿Eran problemas sólo políticos los que les separaban de su patria?¿Si lo eran, por qué nunca volvieron a regresar?

Y, la cuidad que los vio nacer, años después pide que vuelvan...


Marta Rivera Castillo